Cada día, decenas de pacientes en nuestros hospitales salvan su vida o recuperan su salud gracias a la transfusión de sangre y derivados. En la medicina moderna, los tratamientos de cáncer, la cirugía compleja, los accidentes de tráfico, los transplantes de órganos, todo sería imposible sin transfusiones. Detrás de todos estos avances están miles de donantes anónimos que lo hacen posible.
¿Qué es la sangre?
La sangre es el fluido de la vida.
La sangre es un tejido líquido que regula el transporte del oxígeno que recoge en los pulmones a todos los tejidos del cuerpo, y elimina el dióxido de carbono transportándolo desde los tejidos hasta los pulmones.
La sangre es el fluido del crecimiento, transportando los nutrientes desde el aparato digestivo hasta las células, y hormonas desde las glándulas hasta todos los tejidos del cuerpo.
La sangre es el fluido de la salud, transportando a los tejidos las sustancias que combaten las enfermedades y llevando los desperdicios a los riñones, hígado y otros órganos de excreción.
La sangre también tiene un papel importante en funciones como la coagulación, la inmunidad y el control de la temperatura corporal.
La cantidad de sangre de una persona está en relación con su edad, su peso, sexo y altura. Una persona adulta puede tener entre 4 y 6 litros de sangre, aproximadamente el 7% de su peso corporal.
La sangre está constituida por varios elementos con funciones diferentes, de ahí que puedan ser transfundidos a pacientes distintos según las características de su enfermedad. Es por eso que con sólo una donación se puede beneficiar a más de un enfermo.
¿Por qué donar?
LA SANGRE NO PUEDE FABRICARSE a pesar de los avances científicos en la tecnología de recombinación genética para la producción de proteínas humanas, la única solución es que una persona quiera ceder una pequeña cantidad de su sangre, de manera voluntaria y altruista. El hecho de donar sangre comporta una actitud responsable y solidaria que hay que imitar.
Cada día decenas de pacientes en nuestros hospitales salvan su vida o recuperan su salud gracias a la transfusión de sangre y sus derivados.
Por ello no se trata de donar sangre solamente hoy, sino que es absolutamente imprescindible donar periódicamente. Se trata de convertir la donación en un hecho habitual, acudir cada 4 ó 6 meses a donar debería ser una cosa familiar para todos, haciendo entonces posible que las necesidades de sangre y derivados se cubran totalmente.
En la medicina moderna, los tratamientos de cáncer, la cirugía compleja, los accidentes de tráfico, los trasplantes de órganos, todo sería imposible sin transfusiones, detrás de todos estos avances están miles de donantes anónimos que lo hacen posible.
¿Para qué utilizan los componentes sanguíneos?
Los concentrados de hematíes se transfunden para corregir los síntomas y signos derivados de la falta de oxigenación de los tejidos que acompañan las anemias producidas por causas como las leucemias, los linfomas o los cánceres, que disminuyen la producción de glóbulos rojos en la médula ósea.
También son necesarios en el tratamiento de las hemorragias de aquellos enfermos que padecen una anemia por sangrado intenso como los asociados a los traumatismos graves óseos y abdominales, rotura de aneurisma aórtico, hemorragias digestivas, intervenciones quirúrgicas o trasplantes hepáticos.
Las plaquetas se transfunden frecuentemente para prevenir hemorragias en pacientes que presentan un nivel bajo de plaquetas en la sangre, como los pacientes con cáncer o leucemia aguda en tratamiento con quimioterapia, o pacientes con aplasia de médula ósea incapaces de producir plaquetas. También está indicado en pacientes con hemorragias graves espontáneas asociadas al mal funcionamiento de las plaquetas, como los niños que nacen con alteraciones hereditarias plaquetarias.
El plasma puede emplearse para el tratamiento de pacientes con carencia de factores de la coagulación y que sufren hemorragias graves, como es el caso de personas que sufren enfermedades del hígado.
A pesar de su amplia utilización, el plasma es probablemente el componente sanguíneo con menos indicaciones establecidas. Salvo en casos puntuales, es preferible el uso de sus derivados, que se han conseguido en forma purificada, concentrada, con posibilidades de dosificación precisa e inactivados para virus potencialmente contaminantes. Así, del plasma puede obtenerse albúmina e inmunoglobulinas:
1. La albúmina se utiliza en enfermos con retención de líquidos debido a fallo del hígado o del riñón y en personas que han sufrido una pérdida importante de proteínas a consecuencia de graves quemaduras.
2. Las inmunoglobulinas se usan en el tratamiento de las infecciones causadas por bacterias en niños que padecen una carencia congénita de estas proteínas.
Razones para donar
La donación es libre y altruista, no puede ser motivo de comercio. Ni se compra ni se vende. Por tanto, la iniciativa parte de ti, pero, por si tienes alguna duda, aquí te presentamos razones que pueden ayudarte a dar este pequeño paso solidario:
- Con una donación, se salvan tres vidas.
- La cantidad donada sólo representa el 10% de la sangre que normalmente se posee, porcentaje que no interfiere con el funcionamiento normal del organismo.
- La donación de sangre se puede hacer a cualquier hora del día, sin necesidad de condiciones especiales.
- Cada día 75 personas salvan su vida en España gracias a las transfusiones.
- Los tratamientos de cáncer, la cirugía compleja, los accidentes de tráfico, los transplantes de órganos,... serían imposibles sin donaciones de sangre.
- La sangre no puede fabricarse.
- Si piensas donar cuando haya una emergencia, ya llegas tarde. Tu sangre debe ser sometida a pruebas y procesos. Por lo tanto, es mejor acudir antes de que aparezca la necesidad.
- En verano, hace más falta, al contrario de lo que se cree, por el aumento de los accidentes y la escasez de donantes en sus residencias habituales.
- Porque mañana, a lo mejor, le hace falta a uno de los tuyos.
- Hacen un buen análisis de tu sangre.
- Garantías de seguridad para el donante y el receptor.
¿Puedo donar?
En principio, puede ser donante de sangre si tiene entre 18 y 65 años, pesa más de 50 kilos y goza, en general, de buena salud.
- Es preciso tener este peso mínimo, porque en cada donación se recoge una cantidad estándar para todos los donantes (450 ml).
- Las mujeres pueden donar hasta 3 veces al año, 4 veces si eres hombre.
- Entre cada donación de sangre deben transcurrir al menos dos meses.
- No es preciso estar en ayunas para hacer una donación de sangre, incluso habiendo hecho una comida normal se puede donar sin problemas.
- Puedes donar incluso aunque tengas el colesterol elevado o tomes alguno de los medicamentos más frecuentes.
En cualquier caso, tanto para la seguridad del donante como para la del receptor, previamente a la donación se debe contestar un cuestionario médico orientado a detectar cualquier posible factor de riesgo. Las preguntas de este documento vienen determinadas por ley y su objetivo es velar por la seguridad del donante y del futuro receptor.
Sin embargo, en ningún caso una respuesta afirmativa al cuestionario invalidará directamente una donación de sangre. El médico responsable de la extracción es quién decidirá, en última instancia, si ésta se realizará.
Así, por ejemplo, se comprueba la tensión del donante, el pulso, los valores de hemoglobina, se confirma si no ha realizado prácticas de riesgo que faciliten el contagio de la hepatitis o el Sida, etc...
Proceso de la donación
El acto de donar sangre es sencillo, rápido, prácticamente indoloro y controlado médicamente. Todo el proceso desde la identificación del donante hasta que se marcha después de donar y recuperarse no tiene por qué durar más de media hora.
Si quiere ser donante de sangre y desea conocer cómo se realiza una donación, entonces puede leer estos contenidos para saber más sobre este proceso en el que el principal protagonista es el donante que voluntaria y desinteresadamente ofrece su sangre y su tiempo con el único fin de ayudar a otras personas.
Los profesionales del Centro de Transfusión atenderán al donante durante todo el proceso para que su esfuerzo solidario sea lo más gratificante posible y para que la sangre donada sea correctamente tratada y destinada a la obtención de los hemoderivados necesarios para la transfusión de los pacientes que lo necesitan con las máximas garantías de seguridad.
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